HISTORIA
HISTORIA DE LA MÚSICA
3. ALTA EDAD MEDIA
El cristianismo establecido como
religión oficial del Imperio Romano de Oriente y decretado por el emperador
Teodosio I cesó con las persecuciones a los seguidores de Jesús que prontamente
edificaron templos e iglesias, profesando su fe con total libertad. Las
características del canto en el cristianismo primitivo, tienen mucho que ver
con el ritual judío, dichas características en cuanto al uso de la melodía
incluso subsisten hasta nuestros días.
En el Templo judío edificado en 950 ac, el ritual litúrgico estaba mediado por los salmos en dos estilos característicos:
Responsorial: Alternaba el canto
un solista, que normalmente era el sacerdote, con un coro a manera de pregunta y
respuesta.
Antifonal: Alternaban dos coros,
también a manera de pregunta y respuesta.
Este tipo de cantos eran
acompañados por instrumentos de cuerda y viento, pero posteriormente con el
nacimiento de las sinagogas, se prohíbe su uso. El cristianismo establecido en
el siglo IV d.c, manifiesta en buena parte esta tradicionalidad religiosa con
los estilos nombrados anteriormente. Con el tiempo este tipo de canto
evoluciona desde el punto de vista estructural, estético y en algunos casos
formalmente.
Bizancio fue una ciudad fundada
en 675 a.c y que obtuvo carácter de gran ciudad gracias al emperador
Constantino que inicialmente le dio el nombre de Constantinopla (actual
Estambul en Turquía). Una vez establecido el cristianismo como religión oficial
del imperio, empiezan a surgir elementos que definen los cantos y que tiene
variadas influencias culturales de origen sirio, mesopotámico y persa.
En Constantinopla los cantos están
estrechamente relacionados con la figura del emperador ya que éste era la
representación de Dios sobre la tierra y sus apariciones en público estaban acompañadas
por los cantos de los salmos, ahora cristianos en los estilos responsorial y
antifonal más el agregado del estilo melismático.
El canto melismático en esencia son
varios sonidos que se entonan sobre una vocal. Este estilo es característico en
toda la música del medioevo dentro del contexto religioso e incluso profano. Se
mantiene hasta nuestros días en múltiples formas de canto en estilos populares
y académicos.
En el siglo IV d.c, el papa
Silvestre I crea la llamada Schola Cantorum como una de las 3 versiones
de canto salmódico más relevantes después de la Ambrosiana en Milán y la de
Roma. Mas adelante en el siglo VII el papa Gregorio I llamado Magno, reorganizó
estás escuelas en un solo tipo de canto litúrgico y le dio el impulso a
establecer un repertorio más extenso.
El canto se basó naturalmente en
los salmos, pero además empezó a florecer un nuevo estilo conocido como Himno,
escribiendo nuevos textos para ello. La aceptación del cristianismo en la
mayoría de las naciones europeas y, por tanto, el canto gregoriano hace que el
canto litúrgico se expanda significativamente y cobre mucha fuerza.
Aparece la notación neumática
(neuma: soplo – espíritu) entre los siglos VIII y IX y se extendió su uso hasta
el siglo XIV cuyos signos son la representación de los acentos derivados de la
recitación, su origen viene de la notación griega en conjunto con la tradición
hebrea, siria y bizantina que con el tiempo llegan a este periodo histórico.
Los neumas pueden incluir una o más notas para cada sílaba, pero sin
designación de altura, salvo los neumas diastemáticos que permitían tornar
visiblemente el movimiento de las melodías a través de una colocación más alta
o baja de los signos.
Notación Neumática diastemática. |
Notación Neumática en tetragrama |
En el siglo IX. Carlo Magno como emperador del Sacro Impero Romano logra controlar y organizar la situación política de Europa de la mano de la Iglesia, lo que aumenta aún más el conocimiento musical estableciéndose de manera severa y dentro de la cultura y tradicionalidad espiritual. Gracias a esto, los modos que provenían de la Grecia clásica (auténtico y plagal), ahora como parte de la teoría musical gregoriana, más adelante configurarían la escala diatónica de 8 notas, dando paso a la música tonal.
Fragmento del himno a San Juan Bautista. |
Hacía finales del siglo IX el canto litúrgico ya es ampliamente conocido y empiezan a surgir nuevas formas y desarrollos melódicos de la mano de diferentes técnicas que conllevan a un florecimiento sin igual de la música litúrgica en la Edad media, como por ejemplo la gran producción de escritura musical no neumática. Por otro lado, hubo un reconocimiento sobre la música no religiosa o profana cuyas características sobresalen por sus intérpretes.
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